“Aunque parezca un clásico realmente esta frase se cumple. Somos así. Una mirada y ya tenemos una visión de lo que es una persona en cuestión”. Pensemos en nuestras relaciones personales, en nosotros mismos, una primera impresión y ya hemos encasillado a esa persona en un apartado de nuestro cerebro.
Existen estudios como el desarrollado por John Bargh de la Universidad de Yale que muestran que nuestro cerebro solo necesita dos décimas de segundo para formarse la primera impresión. Esa sensación no proviene de nuestro córtex. No surge de nuestra parte racional, sino de la amígdala, una estructura cerebral que da cuenta de nuestras emociones. No es una conclusión lógica y razonada, es más bien una sensación inconsciente que decanta nuestro corazón hacia un lado u otro.
Esto tiene la base en el pasado. Cuando nuestros antepasados se encontraban ante un extraño, su cerebro debía decidir lo más rápidamente posible si era peligroso o no, de ello dependía su supervivencia. Si sus neuronas hubieran dedicado mucho tiempo a recabar información, quizá la conclusión habría llegado demasiado tarde. Así que estamos preparados para llegar a un juicio rápido basado solo en algunos detalles. Si ante un desconocido, algo de su aspecto nos recuerda inconscientemente a alguien que nos perjudicó en un pasado, probablemente nos sentiremos amenazados. Puede que nuestra sensación sea precisa o puede que no. Quizá sea una simple marca en la piel es la que nos genera esa impresión.
Para finalizar propongo una serie de consejos útiles que sirven para obtener mejores resultados en las empresas y en la actividad profesional e incluso que pueden cambiar nuestro día a día, siendo reconocidos y valorados por amigos, colegas y clientes:
Prepara con cuidado tu encuentro con el cliente o con tus colegas, tu jefe, etc. Los detalles son importantes.
Cuida en detalle tu aspecto físico. Todo cuenta, tu cabello, tu vestimenta, etc
Identifícate con tu nombre y recuerda el de tu cliente/compañero, etc
Mantén un espejo en un lugar donde mires de forma recurrente, así podrás verte y valorar el estado de ánimo que proyectas. Te recordará la sonrisa.
No eludas la mirada.
Dí la palabra “bienvenido”. Estrecha la mano si hace falta.
Evita decir “no” en tu vocabulario.
Comments