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Foto del escritorElena Alfaro

¿Y tú? ¿Cuántos pasos llevas?

 “¡Mándame la marca de tu pulsera! ¡Quiero tenerla y ponerme retos en grupo yo también!” Este era el final de una conversación reciente con una directiva, clienta y ya amiga que me insistía en querer participar en lo que llevo haciendo desde hace dos meses. Me refiero al intento de medir cuánto me muevo (camino, corro, etc), de forma objetiva a través de un dispositivo electrónico y de una aplicación móvil.

Parece que las pulseras y los relojes que miden la actividad están de moda. Pero, ¿somos víctimas de las modas?

La respuesta es obvia, SÍ, lo somos. Pero la cuestión que me formulo personalmente es ¿cómo se explica ésto desde el punto de vista científico? Para poder ofreceros mi visión, voy a irme al origen: nuestro cerebro.

De hecho, en mi herramienta de innovación que aplico en las empresas, recojo lo que yo llamo la dimensión de psicología que recoge desde mi punto de vista las tres áreas del cerebro fundamentales para transformar e innovar, ya que tienen mucho que ver con las vivencias que experimentamos:

  1. El área afectiva

  2. El área sensorial

  3. El área reflexiva

El área afectiva está relacionada con las experiencias que tenemos a través de las emociones y de la relación con los demás (emociones sociales). Esta es la razón del éxito de los clubs de afiliación tan conocidos como el de Augusta National Club, Mini, Vespa o Ferrari. La marca se convierte en el vinculo con personas de intereses similares.

Y ¿ésto que tiene que ver con las modas? Nadie pone en duda que éstas tienen un valor social de alto impacto para una persona. Y ¿por qué buscamos un valor social en lo que hacemos? La razón es que ésto tiene  dos caras de una misma moneda:

  1. Sentimos “placer” al vernos reconocidos y acogidos.

  2. Sentimos“dolor” de vernos excluídos.

De hecho, la doctora Naomi Eisenberger (UCLA) ha logrado demostrar qué partes del cerebro se activan cuando sentimos dolor emocional a través de un juego por ordenador en el que, deliberadamente, se busca que los participantes se sientan excluidos.

Eisenberger comentaba que cuando las personas se sentían excluidas, se ha podido ver actividad en la parte dorsal de la corteza prefrontal, la región neuronal implicada en la composición del dolor, o lo que a veces se conoce como el componente del ‘sufrimiento’ del dolor.

Por aterrizarlo, cada vez que nuestra pulsera nos indica que hemos cumplido el reto de esta semana sentimos una recompensa y cuando vemos que estamos por debajo de lo que otros amigos o conocidos nos sentimos que no estamos siendo parte. Recordemos que detrás de una sensación corporal hay una emoción correspondiente, en este caso esta sensación sería la “alegría”. Detrás de la sensación del “dolor por el rechazo” podría estar la emoción de “la tristeza”.

Entre las emociones sociales también figuran:

  1. Orgullo

  2. Culpa

  3. Vergüenza

  4. Empatía

  5. Envidia

Mirándolas en esta lista, pareciera que la mayor parte tiene que ver con algo negativo y da que pensar ¿no creéis?

La cuestión es que sería interesante en qué se traducen todas esas emociones en concreto en la experiencia que nos proporcionan estas pulseras.

Si alguien se ha quedado con la duda, mi récord está en 83.343 pasos por semana y llevo una FITBIT ;))). Hasta el siguiente post!

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