“¡Qué mal estamos! ¿Podremos sobrevivir a esta década?” Este es el comentario que escucho de forma recurrente de colegas, amigos y familiares.
Y, es que ha venido todo junto, una pandemia, el cambio climático, una guerra, la inflación… Desde hace dos años tanto los medios como los ciudadanos de a pie se han contagiado de un pesimismo difícil de disipar. De hecho, los recientes acontecimientos no ayudan a rebajar la intensidad y frecuencia de los mensajes en tono apocalíptico.
Sin embargo, no podemos afirmar que sean algo nuevo, al contrario. Si echamos la vista atrás encontramos que cada siglo ha tenido al menos una pandemia que ha diezmado su población. La peste bubónica, la viruela, el cólera, etc. Ni siquiera el siglo XX, cuando ya había importantes adelantos científicos y médicos que elevaron la esperanza de vida, estuvo libre de ellas: la gripe y el VIH/SIDA se cobraron millones de víctimas.
Lo mismo ocurre con las crisis económicas y generacionales, que en siglos pasados estuvieron relacionadas en algunos casos con acontecimientos climáticos adversos que ocasionaron sequías, hambrunas o catástrofes naturales. Y en otros casos con conflictos bélicos que tuvieron un impacto negativo en la demografía y la economía de las naciones implicadas, que tardaron décadas en superar.
En mi opinión lo que estamos viviendo en estos momentos es un capítulo más de la historia, que se repite cíclicamente.
Pongamos el foco en las oportunidades
¿El mundo tal y como lo conocemos toca a su fin? Sí, cada día se derrumban antiguos paradigmas. Sin embargo, también cada día es testigo de nuevas puertas que se abren, de nuevos comienzos que representan oportunidades.
No son pocas la áreas en las que estamos siendo testigos de esas nuevas vías (neurociencia, tecnología, etc). En el terreno de la Física Cuántica, por ejemplo, estamos ante un momento crucial en la historia. Hace apenas unos días estaba hablando de este tema en el Club de Conocimiento que lidero (Leonardos Club) y comentábamos que desde diciembre de 2021 se ha dado a conocer la puerta para viajar más rápido que la luz: «la burbuja de curvatura de alcubierre». ¿No es increíble?
Por eso propongo que nos enfoquemos en este tipo de avances y que miremos con los ojos de la oportunidad, para poder vislumbrar nuevas soluciones y visiones.
Personalmente, lo hice en el 2008 cuando empezaba a estallar la crisis económica. Había mucho desánimo y la compañía internacional para la que trabajaba se replanteó continuar la actividad en España. Sin embargo, había un descubrimiento imparable: “El inconsciente y las emociones suponían el 95% de la toma de decisiones”. Una oportunidad única para toda compañía que quisiera liderar la medición de emociones.
En 2010 constituí EMO Insights y este 5 de abril hemos presentado el 10º Estudio de Emociones en el Sector Bancario de Particulares en España y en breve lo haremos con el 5º para Seguros de Salud.
¿Te animas a ponerte las gafas de las oportunidades? ¡Yo me apunto!
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