“¡Las empresas tienen que saber reaccionar al reto de los Millennials!” Frases como ésta se han repetido en todos los congresos donde he participado recientemente.
Los temas protagonistas de los últimos foros giran entorno a una serie de premoniciones apocalípticas como la sustitución imparable de la mano de obra humana por la tecnología.
Pero, ¿podría ser que estuviésemos prediciendo mal? ¿podríamos estar siendo víctimas de nuevo de temas sensacionalistas?
Personalmente me sorprende bastante que siempre perdamos de vista una realidad que sigue inmutable a pesar del avance de las generaciones: la esencia del ser humano y su composición cerebral. Por ello pienso dedicar este y otros post a estos temas. Porque creo que merecen una profunda reflexión.
Tal y como se han ido definiendo, los Millennials, son aquellas personas nacidas entre 1981 y 1995, sus edades van entre 15 y 29 años y son los hijos de la generación del Baby Boom. Se han criado bajo el paraguas de la tecnología, Internet y las redes sociales. En España se cifran en aproximadamente 8.153.428 personas, cuyo nombre se asocia a que se hicieron mayores de edad con la entrada del nuevo milenio. Parece ser que hay poco más de 1.700 millones en todo el mundo.
Y ¿cual es una de la razón fundamental por la que se les presta tanto interés? La realidad es que solamente en los Estados Unidos, para el 2020 esta generación será el 40% de fuerza de trabajo y el 75% para el 2025, según la Oficina de Estadísticas Laborales citada por The Wall Street Journal. O lo que es lo mismo, tendrán un gran poder adquisitivo.
Sin embargo, mucho menos se habla de otra realidad que ya está aquí (lo escuché la primera vez al hacer mi carrera universitaria) de lo que supondrán los padres de los “millennials: los “boomers”. Las estadísticas arrojan que 2.100 millones de personas tendrán más de 60 años para 2.050 frente a los 900 millones actuales.
Es, por tanto, otra generación, la de los padres o incluso la de los abuelos de los Millennials, la que marcará el devenir económico en las próximas décadas, teniendo un papel muy importante sobre las predicciones de la evolución de la tecnología. Por eso, propongo una serie de preguntas sobre las que profundizar en las próximas semanas y sobre las que haré mis propias y particulares predicciones de futuro:
¿Hasta qué punto este hecho tendrá un impacto en las predicciones de los avances de la tecnología?¿Hasta qué punto se podrá fascinar a una persona de más de 60 años? ¿cómo afecta a todo ésto que las empresas sean cada vez menos longevas? ¿Hay oportunidades ante esta situación?
Nos vemos en mi siguiente post..
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