¿Has dado con la respuesta a la fórmula de la fascinación? ¿Es posible hacer que una marca sobreviva más de cincuenta años en este siglo? ¿Será posible en un futuro conseguir hitos como los que consiguieron Faber Castell, Coca Cola, Disney, Chanel, Bic o Tequila José Cuervo? O ¿están las marcas avocadas a una muerte impuesta por la velocidad que caracterizan los tiempos actuales? Éstas y otras preguntas eran respondidas en la entrevista que recientemente me han hecho en la publicación de Wharton gestionada por Universia.
Como sabemos, el mundo empresarial y de consumo evoluciona, y con el paso del tiempo se vuelven cada más exigentes. El cliente se encuentra más informado y desea respuestas rápidas y directas. Es por ello que las empresas o las marcas buscan fórmulas para destacar entre la competencia y perdurar en el tiempo. Fórmulas para permanecer siempre joven, forever young, y no ser percibidas como anticuadas y anquilosadas.
En mi libro que verá la luz a finales de este año, se muestran las claves empresariales que dan perdurabilidad en el tiempo a las marcas y las claves emocionales que hacen que, más allá de la calidad del servicio prestado, una marca pueda ser centenaria sin sufrir desgaste, como es el caso ejemplar de Coca-Cola.
El secreto está en establecer con el cliente un vínculo emocional para convertirlo, en un aliado que luchará por la marca y tendrá un compromiso personal con ella.
Mi próxima obra cuestiona nuestro futuro más allá de lo que la disciplina de Customer Experience está dando que hablar en estos momentos. Trato de aclarar en ella las principales variables que componen la fórmula del éxito e identifico la alquimia emocional que hay que utilizar para convertir proyectos y compañías de tradicionales en fascinantes.
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