Hace apenas unas horas leía una noticia que hablaba de la nueva obra de Philip Kotler, gurú del nuevo marketing y publicidad. La noticia decía lo siguiente: “mientras el Marketing 1.0 se centraba únicamente en el producto, con una comunicación unidireccional y el 2.0 tenía como eje al consumidor destacando la interacción, el 3.0 toma en cuenta lo que piensa y requiere al consumidor para ofrecer productos basados en los valores. A partir de ahora las propuestas que surjan deben cubrir varios aspectos del consumidor, incluyendo sus emociones”.
Decía Kotler, algo que creo y que vengo defendiendo fervientemente desde hace tiempo. De nada servirán “las acciones más creativas”, mientras los valores no se vivan primero por la dirección de la empresa y después formen parte de su ADN. Estos valores hay que traspasarlos también a todos los “stakeholders” o grupos de interés de la empresa (accionistas, empleados, proveedores, distribuidores, partners, etc) no sólo intentar pasarlo al cliente.
Me llamaba la atención que Kotler también hablaba de consumidores como “personas completas” con “espíritu humano”, que quieren que el mundo se haga mejor. Mencionaba que los productos y los servicios que eligen les tienen que llenar no sólo a nivel funcional y emocional, sino también a nivel espiritual. Precisamente estoy participando en estos momentos en un proyecto que propone revitalizar los valores esenciales del humanismo a través de un grupo de pensamiento. ¿Estaremos asistiendo a una nueva era?
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